Drew Barrymore es otro de los tantos casos que demuestran que ser una estrella infantil no es algo fácil dentro de la industria de Hollywood.
Desde su lanzamiento al estrellato con su papel de ‘Gertie Taylor’ en la película ‘E.T.’, dirigida por Steven Spielberg, su vida dio un giro radical en un entorno que no era el mejor para su crianza.
Con tan solo 10 años de edad, Drew ya había incursionado en el mundo de las sustancias prohibidas y a los 13 fue internada en un centro de rehabilitación.
Ahora, varios años después, se atreve a contar que al estar dentro de la rehabilitación la limpieza fue “una pesadilla psiquiátrica”.
En una entrevista, explicó que estuvo internada por un año y medio con otras chicas y recuerda que en un principio dedicó su tiempo a rebelarse e incitar a otras pacientes a lo mismo.
“Yo irritaba a todas las chicas y les decía, ‘¡Escuchen, a la mier*@&% este lugar, a esta gente no le importas, vamos a mostrárselo!”, explicó la actriz sobre su experiencia.
Sin embargo, con el tiempo Drew Barrymore comenzó a ver como otras niñas iban progresando y decidió someterse al tratamiento.
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La ira y resentimiento de Drew se enfriaron aceptando que fue lo mejor que le “pudo pasar” pero la decisión de su madre al ingresarla cambió su relación para siempre.
“Creo que ella creó un monstruo y no sabía qué hacer con él (…) Realmente estaba fuera de control, y la perdono por tomar esta decisión. Probablemente sintió que no tenía a dónde acudir”, comentó.
Aunque no ha tenido fortuna en el amor por cuenta de tres matrimonios fallidos, ahora tiene dos hijas pequeñas a quienes cría de una forma “más tradicional” para evitar que su historia vuelva a repetirse.