Esta semana se informó que al menos 53 migrantes murieron dentro del remolque de un camión en San Antonio, Texas, en los Estados Unidos. Dentro de los fallecidos se encuentran 22 mexicanos, siete guatemaltecos y dos hondureños. Estos últimos son hijos de Karen Caballero, quienes habían cruzado sus fronteras con la esperanza de construir un futuro más esperanzador que el que tenían.
Alejandro Miguel Andino Caballero, de veintitrés años, partió hacia los Estados Unidos con su título de licenciado en Marketing para abrirse camino y alcanzar el sueño americano. Acompañado de su hermano de 18 años, Alejandro Miguel Andino Caballero, ambos esperaban encontrarse con un pariente suyo en el norte que los ayudaría a estabilizarse. Lamentablemente nunca sucedió.
“Ellos estaban ansiosos por hacer el viaje todos los días me preguntaban: ‘mami cuando nos vamos a ir’, como cuando estaban pequeños e iban a un cumpleaños (…) Alejandro decía que allí se iba a trabajar, y me causó gracias porque me dijo que cuando esté allá me haría una casita”, comentó la madre de los jóvenes a una entrevista exclusiva a Telemundo.
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La madre creía que las cosas iban a salir bien
Los hermanos emprendieron su viaje el pasado 4 de junio, cuando abandonaron la localidad de Las Vegas, en Honduras. Desde allí, los jóvenes fueron hasta Guatemala, donde serían transportados de manera ilegal a México con destino final Estados Unidos.
“Yo creía que las cosas iban a salir bien. Quien sí se mostró un poco temeroso fue Alejandro Miguel, me dijo ‘Mamá, si nos pasa algo’. Y yo le dije ‘nada va a pasar, nada va a pasar. Usted no es el primero ni el último ser humano que viaja para Estados Unidos'”, agregó la madre al medio estadounidense Los Ángeles Times.
La madre se informó del fallecimiento de sus hijos el lunes en la mañana cuando un amigo le sugirió que revisara las noticias cuando entró en razón: “De ahí recordé cómo había sido la manera de viajar de mis hijos, que habían ido en camión desde Guatemala y todo el trayecto de México”.
A raíz del acontecimiento, La Casa Blanca informó que está “siguiendo de cerca” la situación en San Antonio y está centrada en hacer que los contrabandistas rindan cuentas.