La inteligencia de las mascotas nunca dejan de sorprendernos y así lo ha demostrado un perro que fue entrenado para avisarle a su dueña que sufrirá desmayos o tics antes de que se le presenten.
Este pastor australiano de tres años se ha convertido en todo un ángel de la guarda para Katherine Graham, quien sufre de una compleja enfermedad de corazón.
La joven de 23 años fue diagnosticada con POTS (síndrome de taquicardia ortostática postural) y miocardiopatía, entre otras patologías; las cuales le provocan desmayos dos veces al día.
“POTS es una condición que causa una frecuencia cardíaca anormalmente alta cuando un paciente se levanta o se sienta; mientras que la miocardiopatía dificulta que el corazón bombee sangre”, explicó la joven.
En ese sentido, este perro fue entrenado para que la alerte sobre estos desmayos, antes de se presenten, con el objetivo de evitar que la joven sufra golpes al caer de forma imprevista al suelo.
Katherine ha estado sufriendo estos problemas toda su vida y por eso encontró en Bailey a su mayor protector; luego de que lo adoptara cuando tenía tan solo ocho semanas de nacido.
“Bailey es extremadamente cariñoso. Es muy dulce y amigable; pero cuando está trabajando sabe que está trabajando. Está muy concentrado en mantenerme a salvo”, indicó Katherine.
Su entrenamiento
La joven explicó que ella misma lo entrenó y debido a su gran inteligencia aprendió a detectar con su olfato un cambio en el olor que precede a un episodio cardíaco; por lo que es capaz de alertarla para que pueda acurrucarse y ubicarse en un lugar seguro.
Sin embargo, este pastor australiano también aprendió a buscar medicamentos, agua, mantas y cualquier otra cosa que pueda necesitar su dueña durante un episodio de desmayo.
La joven estadounidense explicó que Bailey también la abraza cuando sufre ataques de ansiedad y está capacitado en terapia de presión profunda y por eso se acuesta sobre sus piernas para estimular el flujo sanguíneo.
Los expertos han explicado que los pastores australianos son una raza reconocida por su inteligencia. De hecho, Bailey inició su entrenamiento de obediencia a los nueve meses de edad y el entrenamiento de alerta médica a los dos años.
Finalmente, Katherine confesó que también tiene un dálmata como mascota pero es consciente que no tiene las capacidades de Bailey para ayudarla constantemente con su condición médica.
“Es en realidad mi primer perro de servicio. Tengo un dálmata que es solo una mascota; pero simplemente no tiene la mentalidad necesaria para ser un perro de servicio”, indicó la joven.