El buceo es uno de los deportes extremos más placenteros de la vida y más cuando tienes la oportunidad de experimentar situaciones que jamás te imaginaste, este es el caso de una ballena que salvó a una buceadora de un gigante tiburón.
El impactante acontecimiento sucedió en las Islas Cook, en Nueva Zelanda, en donde quedó registrado un impactante video en donde se ve a la bióloga marina Nan Hauser, nadando en compañía de las ballenas.
La mujer se encontraba interactuando y nadando con una ballena jorobada mientras un equipo se encarga de filmar el hermoso encuentro, pero el cetáceo empezó a empujarla con su boca para que saliera del agua, lo que produjo que la buceadora se asustara y no entendiera lo que estaba sucediendo.
“Simplemente, no dejaba de tocarme. Traté de alejarme una y otra vez, pero ella siguió haciéndolo. Finalmente, me empujó hacia fuera del agua con su aleta. Siguió poniendo su ojo justo a mi lado y no pude entender lo que estaba tratando de decirme”, dijo la bióloga.
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La mujer solo pensaba lo peor, no comprendía por qué el cetáceo estaba interactuando así: “Pensé que el equipo de cámaras iba a terminar filmando mi muerte. Un latigazo de la cola de una ballena, y la presión le rompería los huesos”, dijo.
El gigante mamífero no quería atacar, solo quería salvarla de un peligroso tiburón que se encontraba alrededor de ella, ya que en diferentes ocasiones la ballena trató de ocultar a la mujer debajo de su aleta para que no corriera peligro.
Ballena salvó a una buceadora
“Finalmente, quité mi ojo de la ballena y vi algo nadando muy rápido con su cola balanceándose de lado a lado. Las ballenas nadan con sus colas subiendo y bajando. Fue entonces cuando me di cuenta que era un tiburón tigre, y era uno de los tiburones más grandes que he visto en mi vida”, mencionó Hauser.
Luego de varios minutos la mujer salió sana y salva gracias a la ballena que la protegió desde el momento en el que llegó el tiburón al lugar.
Después de que la bióloga se encontrara en el bote, el gigante cetáceo se asomó nuevamente a la superficie para asegurarse que la mujer se encontraba realmente a salvo.
“Simplemente, puse mis manos en mi cara y comencé a llorar. No puedo decir si fueron lágrimas de alivio porque estaba viva, o porque acaba de experimentar lo más increíble que he visto en mi vida”, concluyó la mujer.