Los cuchillos de cocina son herramientas fundamentales en cualquier hogar. Sin embargo, con el uso continuo es común que pierdan su filo y se vuelvan menos efectivos.
En lugar de comprar nuevos cuchillos cada vez que esto suceda, puedes aplicar algunos trucos creativos y efectivos que te permitirán afilarlos manteniéndolos en óptimas condiciones.
Pero, ¿por qué es tan importante mantenerlos afilados? Al aplicar cualquiera de estos métodos, estarás garantizando un corte preciso y seguro al momento de preparar deliciosos platillos. Recuerda siempre hacerlo con precaución.
También es importante resaltar que ninguna de estas alternativas sustituyen a la piedra para afilar o la chaira. Aplícalas solo en situaciones de emergencia.
Trucos para afilar los cuchillos de la cocina
Con una botella: un afilador improvisado
Uno de los trucos más sencillos y creativos para afilar un cuchillo es utilizando una botella de vidrio. Puedes utilizar la boca de la misma como si fuera una piedra de afilar.
Aunque el vidrio pulido del recipiente puede tardar un poco más en lograr el resultado, puedes pasar el filo del cuchillo por el borde de la boca de la botella, como si estuvieras utilizando una piedra de afilar tradicional. ¡Verás que tendrás un cuchillo filoso y listo para cortar tus alimentos!
Taza de cerámica: un aliado confiable
Si buscas una opción más precisa y efectiva, una taza de cerámica puede ser tu mejor aliada para afilar tus cuchillos. Asegúrate de que sea específicamente de cerámica y que el borde inferior no esté barnizado o esmaltado.
Para utilizarla, voltéala y utiliza el borde para afilar el cuchillo, deslizando el filo inclinado a unos 45 grados aproximadamente. Repite el proceso por ambos lados del filo para obtener mejores resultados.
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Papel de aluminio
Si necesitas afilar tus cuchillos de forma rápida y no tienes una herramienta específica para esto, el papel aluminio puede ser una buena opción. Este truco funciona especialmente bien con las tijeras, pero también puede ayudarte a afilar los cuchillos.
Simplemente toma de uno a dos metros de papel aluminio y apriétalo hasta formar una bola. Luego, córtala por la mitad con tu cuchillo realizando varias pasadas. El contacto de la hoja de aluminio con el filo del cubierto terminará por afilarlo. Recuerda hacerlo con cuidado para evitar accidentes.
Utiliza otro cuchillo: un método de emergencia
Puedes utilizar el canto de otro cuchillo (parte opuesta al filo) para amolar el que esté desgastado. Este método es menos recomendable, ya que puede debilitar y maltratar el filo del cubierto a largo plazo.
Sin embargo, en situaciones de emergencia puede sacarte de apuros. Simplemente usa el borde no afilado de un cuchillo y pasa la punta del que deseas afilar por este, como si estuvieras utilizando una chaira. Realiza el proceso por ambos lados y de manera ligeramente inclinada.