Cada 25 de noviembre se conmemora a nivel internacional el Día de la lucha contra la violencia hacia la mujer. Una fecha que recuerda el asesinato de las hermanas Mirabal, tres mujeres activistas que fueron asesinadas en 1960 durante el régimen totalitario de Rafael Leonidas Trujillo en República Dominicana.
La violencia hacia la mujer es un fenómeno global que afecta a todas las edades, razas, etnias, clases sociales y niveles educativos. Además, se puede manifestar de diversas maneras como agresiones físicas, verbales, psicológicas, económicas y sexuales.
Según la Asamblea General de las Naciones Unidas asegura que la violencia contra la mujer se define como “todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada”.
Los datos son realmente alarmantes porque, según la OMS, una de cada tres mujeres en el mundo ha sido víctima de violencia física o sexual por parte de un hombre. Esto quiere decir que son alrededor de 736 millones de mujeres a nivel global.
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¿Qué hacer para eliminar la violencia hacia la mujer?
1. Escuchar y creerle a las sobrevivientes:
Según la ONU, el primer paso para romper el ciclo del maltrato se da cuando una mujer comparte su historia de violencia. Por eso, es necesario siempre garantizar un espacio seguro para hablar y ser escuchada.
Si una amiga decide revelar un momento traumático, en vez de decirle: “¿Por qué no te fuiste de allí?”, puedes decirle: “Te escuchamos. Te creemos. Estamos contigo”.
2. Enseñar a la próxima generación y aprender de ella:
La generación más joven debe conocer a través de nuestro ejemplo la manera en cómo hablamos sobre el género, el respeto y los derechos humanos. Por eso, la ONU recalca la importancia de hablar sobre los roles de género a una edad temprana y cuestiones los estereotipos y los rasgos tradicionales asignados a hombres y mujeres.
También resaltan lo relevante que son los espacios de conversación sobre el consentimiento y la autonomía física a niñas y niños.
3. Comprender qué es el consentimiento:
Aunque para muchas personas, el consentimiento puede ser una idea muy vaga, en realidad la definición debe ser muy clara. No hay límites difusos cuando hablamos sobre consentimiento y en todo momento debe ser imprescindible.
Aunque es un camino largo por recorrer, el proceso inicia desde los entorno más cercanos como nuestra familia y amigas hasta conocidos. La acción colectiva es importante para promover lo compromisos en contra de la violencia de género.