Starr Stauffer Wise es una abuelita de 75 años que hizo realidad uno de los sueños de su vida: convertirse en bailarina de pole dance. Ella esperó hasta jubilarse para emprender esta nueva aventura.
Todo comenzó en el año 2021 al leer un artículo sobre una mujer que comenzó a bailar en barra cuando tenía 50 años y luego daba clases a otras personas. Después de esto, ella decidió inscribirse sin importarle su edad.
“Cuando leí ese artículo, me emocioné muchísimo, me recordó un viejo sueño mío: el baile en barra, que había estado en mi lista de deseos durante años, pero de alguna manera quedó relegado a un segundo plano”, dijo la abuelita en una entrevista al diario The Sun.
Por ello, tomó la decisión de enviarle un mensaje a la academia de pole y preguntó si había alguna restricción de edad. Por lo que le dijeron que no había ninguna y comenzó con clases introductorias.
Starr no niega que al principio se cuestionó si sería capaz de practicar una actividad de alta intensidad con su historial médico, ya que padece artritis reumatoide en muñecas y manos, una deformidad en su mano derecha y osteoporosis.
“No tenía ni idea de si podría lograrlo a mi edad y con mi historial médico, pero no sólo lo logré sino que me enganché por completo, así que me inscribí en un paquete completo de clases”, agregó.
La abuelita asegura que el pole dance le ha traído felicidad a su vida
La mujer asegura que esta nueva experiencia le ha traído mucha diversión y felicidad a su vida, gracias a las tres clases que practica en la semana.
Pero eso no es todo, también añadió que el pole dance la ha transformado físicamente y la ayuda a sobrellevar su ansiedad.
“Tienes que concentrarte o puedes perder el agarre, soltar la pierna o la mano equivocada y caer al suelo, acabo de hacer eso el otro día y caí de cabeza con bastante fuerza. Por suerte no sufrí ninguna conmoción cerebral”, comentó.
Además del pole, también toma clases semanales de Zumba, EGym y Silver Sneakers.
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Sus nietas la han apoyado
Starr confesó que no todo ha sido color de rosa. Cuando decidió comenzar en la práctica del pole dance, algunos amigos y familiares le dieron la espalda y manifestaron su desacuerdo. Pero afortunadamente sus nietas ‘postizas’ (porque no tuvo hijos) la apoyan y le dan ánimo para que continúe en el deporte.
“La que vive en California vino a mis dos actuaciones en Los Ángeles. Tiene dos hijas, mis tataranietas postizas, y les parece estupendo lo que hace su Nana”, explicó en la entrevista.
La mujer ha contado que hasta sus compañeras de clase están impresionadas con la fuerza y agilidad a sus 75 años. Algunas de ellas le dicen jocosamente que “apenas pueden levantarse de una silla”.
A pesar de que ha recibido comentarios negativos, Stauffer asegura que el pole dance ha sido “la experiencia más maravillosa” y que ha hecho nuevos amigos. “¡Vaya sueño! ¡Vaya vida!”, concluyó.