¿Recuerdas esos incómodos granitos que solían aparecer en tu adolescencia? Resulta que el acné no es solo un problema de juventud; un 30% de las mujeres mayores de 25 años también lo experimentan. Pero un reciente estudio determinó que esta afección en la adultez no solo interfiere en la autoestima y la confianza, sino que también genera un estigma para los demás.
En la investigación, presentada por el Congreso Europeo de la disciplina, se evaluaron las reacciones y percepciones de 245 participantes que observaron rostros de mujeres con diferentes tipos de acné.
Los resultados revelaron que las personas no centraban su mirada en los ojos de ellas, sino en sus granos. Además, las percibían como menos atractivas, menos confiables, menos exitosas y menos seguras de sí mismas.
“El comportamiento de la mirada depende del sexo y de la edad. También de la cultura. Sin embargo, esta es absolutamente automática e involuntaria”, explicó Marek Jankowski, dermatólogo y principal autor del estudio.
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El acné afecta la autoestima en mujeres: las perciben como inseguras
Por otro lado, el impacto emocional del acné en las mujeres adultas es significativo. A menudo, sienten inseguridad en el trabajo y pueden desarrollar problemas de depresión, ansiedad y aislamiento social. Para muchas de ellas, ocultar sus imperfecciones se convierte en una obsesión.
No obstante, el acné en la adultez no se percibe de la misma manera que en la adolescencia, cuando se considera normal y pasajero. La dermatóloga Alba Calleja destaca que este problema suele minimizarse, y las mujeres que lo padecen a menudo sienten que los médicos no le dan la importancia que merece.
“A la clínica vienen muchas consultas secundarias. Mujeres que ya han ido al médico, pero sienten que no les han escuchado, que no han dado importancia a su problema”, comentó en una entrevista para El País.
El acné adulto es variable, lo que puede causar estrés emocional y afectar la autoestima. Las mujeres recurren a todo tipo de métodos de ocultación y dependen del maquillaje para enfrentar el mundo. Es por ello que señalan que la comprensión es la primera cosa que se debería ofrecer a las pacientes.
Según Marek Jankowski, la incidencia del acné adulto ha aumentado significativamente en las últimas dos décadas, especialmente en mujeres. Y esto se relaciona con factores genéticos y endocrinos, pero también con la dieta, el estrés y el estilo de vida. Sin embargo, aún no existe evidencia científica sólida para respaldar estas conexiones.