Gwyneth Paltrow es una apasionada del mundo de la belleza, pero también del bienestar propio; y justo en este contexto, reflexionó sobre un tema que nos afecta a muchas: las canas y el envejecimiento, y cómo la sociedad lo percibe para las mujeres.
Durante una entrevista con British Vogue, la actriz de 50 años aseguró que se trata de un “problema de la cultura” que las mujeres sean más señaladas y juzgadas que los hombres por llegar a la vejez.
“Las mujeres parecen ser más juzgadas por envejecer que los hombres. ¡No es nuestro problema! Como mujeres, queremos estar saludables, queremos envejecer. Esta idea de que se supone que tenemos que estar congeladas en el tiempo es muy extraña”, expresó.
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Gwyneth Paltrow considera que hay una “doble moral” sobre las canas
La celebridad de ‘Iron Man’ hizo hincapié en la “doble moral” que hay con respecto a las canas. Pues mientras a los hombres lo califican de ‘distinguidos’ cuando presentan esta coloración natural en sus cabellos, a las mujeres se nos castiga por hacernos mayores. Incluso comienzan los cuestionamientos sobre las arrugas y la piel envejecida, algo que Gwyneth considera injusto.
“Es hermoso que te salgan canas como hombre, pero para las mujeres es como, ‘¿Qué planeas hacer con tus arrugas y tu piel envejecida?’ Definitivamente hay una doble moral ¡Las mujeres quieren envejecer!”, agregó.
Asimismo, la también fundadora de la marca de cosméticos ‘Goop’ mostró su admiración por aquellas que se han atrevido a abrazar el envejecimiento al natural, como es el caso de su colega Andie MacDowell, quien no teme en aceptar su edad y lucir sus “bonitos rizos grises”.
En su reflexión, Gwyneth Paltrow también nos dejó una lección valiosa: no hay una forma correcta de envejecer. Cada mujer puede hacerlo a su manera, ya sea abordando las cosas estéticamente o simplemente siendo “una fabulosa abuela francesa que nunca se hace nada”. Todas somos únicas y merecemos ser respetadas en nuestras decisiones.
Sobre todo porque llegar a la vejez y tener canas es una parte natural de la vida y, en lugar de temerle, habría que celebrarlo como una oportunidad para crecer y seguir brillando.