A pesar de los avances en la igualdad de género, aún persisten discrepancias en la distribución de las tareas del hogar y el cuidado de los hijos. De hecho, una mujer casada puede invertir hasta siete horas más de trabajo que su esposo, según un estudio realizado por el Instituto para la Investigación Social de la Universidad de Michigan.
Los investigadores Alexandra C. Achen y Frank P. Stafford analizaron cómo han evolucionado las dinámicas de ingresos y las tareas domésticas de las parejas desde 1968 hasta 2005, destacando que las diferencias eran mucho más pronunciadas en las generaciones anteriores.
Sin embargo, aunque en la actualidad cada vez son más los hombres que se involucran en las responsabilidades domésticas y en la crianza de los niños, las mujeres siguen haciendo la mayoría de las tareas en casa y tienden a dejar temporal o permanentemente sus compromisos profesionales. O, por otro lado, mantienen sus empleos e igual dedican mucho más tiempo a la semana en el hogar que sus compañeros sentimentales.
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Una mujer casada puede dedicar 7 horas más al cuidado del hogar que su esposo
Por su parte, un artículo elaborado por las profesoras Joni Hersch y Leslie S. Stratton destacó que esta dedicación femenina puede resultar en una brecha salarial de género. La mayor carga de trabajo doméstico reduce las oportunidades de las mujeres para generar mayores ganancias en el ámbito laboral.
Además, si bien se han logrado avances en la conciliación de la vida laboral y familiar, las responsabilidades del cuidado de personas dependientes recaen principalmente en ellas. Esto incluye el cuidado de ancianos y otros familiares con limitaciones físicas. Pues la ‘tradición’ y el esquema de roles de género todavía influyen en esta distribución desigual.
El estudio longitudinal también reveló que una mujer casada experimenta niveles de felicidad más bajos en comparación con las tareas domésticas. No obstante, la atención que brinda a su esposo cuando está enfermo es percibida de manera positiva. Esto pese al desagrado que pueden generar ciertas actividades domésticas.
Por otro lado, es importante destacar que cada vez más parejas están buscando una distribución equitativa de las responsabilidades. Además, es necesario tener presente que la comunicación abierta y el compromiso mutuo son clave para lograr un equilibrio en el trabajo y las actividades domésticas.