Dicen que para el amor no hay edad, pero en ocasiones una diferencia considerable en los años podría interferir. Y algo similar le ocurrió a Iris Jones, una mujer de 83 años que se casó con Mohamed Ibriham, un egipcio de 37. Sin embargo, se divorció porque, entre otras cosas, se cansó de cuidarlo.
La inusual pareja contrajo matrimonio en 2020 y su historia se hizo viral debido a las casi cinco décadas que se llevaban. Si bien se enfrentaron a diversas críticas, ambos lucharon contra ellas y defendieron su amor ante todos.
Sin embargo, tras un tiempo juntos, las dificultades comenzaron a surgir. Iris admitió que la convivencia no era fácil y Mohamed expresó que se estaban adaptando a una nueva forma de vida. A pesar de ello, decidieron seguir adelante.
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Una mujer de 83 años se divorció de su joven pareja porque se cansó de cuidarlo
Desafortunadamente, el amor entre ambos parece haberse desvanecido y la mujer de origen inglés terminó separándose de su pareja. La razón detrás de la ruptura fue la fatiga de la mujer por cuidar del joven egipcio. Pues las tareas domésticas pesaban sobre ella y pasaba horas cocinando y limpiando para satisfacer las expectativas de su esposo.
El cansancio terminó apoderándose de la británica y afectó incluso en sus encuentros íntimos. Aunque al principio disfrutaban de una vida sexual activa, con el tiempo todo cambió, y la energía requerida para cuidar de alguien mucho menor comenzó a pasar factura.
De hecho, Iris admitió que casarse con él sin escuchar las advertencias de sus familiares había sido un error, pues estos le hablaron sobre los riesgos que podría tener su relación. Además, aseguró que en definitiva su primer esposo fue el mejor compañero que tuvo.
“Estoy mejor sin él [Mohamed], y desearía haber escuchado a mi familia y amigos, pero lo hecho, hecho está ahora. Lamento haberlo conocido y ahora sé que mi mejor esposo fue mi primer esposo, Gwyn”, dijo al medio Daily Mail.
Asimismo, otra de las causas de su ruptura fue que el joven hablaba árabe todo el tiempo, lo que a veces la “enloquecía”. También discrepaban sobre tener las ventanas abiertas de la casa, por lo que Iris se dio cuenta que su felicidad era más importante que luchar por un romance que no estaba funcionando. “Simplemente, no nos llevábamos bien por un tiempo y nos separamos”, agregó.
Desde la separación, la mujer ha cortado toda comunicación con su ex. Y, a pesar de las dificultades que enfrenta, está decidida a seguir adelante. Si bien se considera una persona obstinada, reconoce que la vida es demasiado corta para estar en una relación que no la hace feliz.
La historia de Iris y Mohamed nos enseña que, en ocasiones, el amor no siempre es suficiente para mantener una vida en pareja. Pues existen diferentes obstáculos que pueden ser difícil de superar, por lo que es importante elegir un compañero que tenga necesidades y valores alineados a los nuestros.