De acuerdo a la Kabbalah, las palabras que decimos tienen un enorme poder y pueden influir en tu estado anímico y alterar la buena vibra de tu hogar.
Las palabras que utilizamos tienen un efecto directo en nuestra energía, en cómo nos sentimos, nuestra disposición para correr riesgos y la fe que tenemos en nosotras mismas.
Mientras las decimos, nuestro cerebro va creando una “película”. ¿Cómo crees que es esa película si profieres maldiciones, groserías, lamentos y quejas constantes?
Según la Cábala o Kabbalah, las palabras y las letras son los bloques de construcción reales, la materia prima, de la creación. Todo tiene un nombre en la Lengua Sagrada, y cada letra de ese nombre es un canal para una energía divina específica.
Las energías de estas letras y la forma en que se combinan determina las características únicas particulares de todo lo que existe.
Es por ello que la Kabbalah considera que constantemente estamos creando nuestro mundo cuando hablamos y es muy importante que lo que creamos sea abundancia y buena energía.
Palabras que debes evitar según Kabbalah
Energéticamente, algunas palabras tienen más peso que otras. Y una de las peores son la maldiciones. Maldecir es iniciar un ciclo de vibra negativa. También se entiende como llamar al mal a entrar a ese espacio.
Las groserías potencian además emociones negativas, como la ira, la venganza y la envidia. Otras palabras que aparentemente no son tan fuertes, como “miseria”, atraen la pobreza y la escasez.
Es particularmente importante que elijas en tus interacciones palabras que te generen emociones positivas. De igual manera, debes evitar connotaciones y etiquetas negativas cuando estás con niños.
Además de ser un tema básico de educación, los niños son más susceptibles a tomar como suyas las palabras que oyen constantemente y a repetirlas. ¿Qué te gustaría que se escuchara en tu hogar?