Lorenzo Valentino Figueroa es el nombre del hijo de Chayanne que deja claro que ha heredado los buenos genes de sus padres, al tener un físico impresionante.
El joven de 24 años nació el 14 de agosto de 1997 y es hijo de Chayanne con su esposa Marilisa Maronesse. Aunque Chayanne ha sido siempre un galán, Lorenzo también tiene tendencia a la belleza por el lado de su madre, quien conoció al cantante cuando participaba en el concurso de belleza Miss Venezuela. Marilisa es abogada de profesión, pero también dio sus pasos en el modelaje.
Es por ello que no sorprende que Lorenzo Valentino haya decidido alejarse del mundo de la música, que su padre y su hermana Isadora han elegido, y concentrarse en hacer una carrera con el cuerpo como foco.
Él ha mostrado en su Instagram sus entrenamientos y el resultado, con un cuerpo muy tonificado que es el punto de atención de sus 375 mil seguidores.
Paralelo al fitness, Lorenzo Valentino estudió Finanzas en una importante escuela de negocios, la Florida International University College of Business, de donde se graduó en 2020.
Lorenzo Valentino ya no es un niño
Aunque ya no es un niño pequeño, Lorenzo siempre ha hecho énfasis en la estrecha relación que tiene con su famoso padre. “No estoy ni siguiera cerca a su nivel”, comentó en una foto en la que se puede ver a los dos mostrando los abdominales en una sesión de gimnasio.
Además, ha revelado algunas imágenes de la vida personal de su familia, en donde suele aparecer con sus padres en fotos vintage.
La unión de la familia es algo que siempre ha hecho sentir orgulloso a Chayanne, y constituye uno de los pilares de su vida. “El amor es lo que nos mueve a todos los seres humanos, aunque suene un poquito cursi”, afirmó en una entrevista.
Asegura que el cariño del público es algo que valora mucho. “Recibo mucho cariño de la gente, aunque no esté haciendo gira. Puedo verlo en el aeropuerto, en un programa de televisión… Todo eso se agradece. Trato de ver esas cosas y no doy nada por hecho”, afirmó.
Eso incluye su aspecto físico, pues en más de una ocasión ha dicho que no es algo que le quite el sueño. “No lo veo como ‘sex symbol’. Lo veo más como gusto: te gusta algo, lo miras, y hay una sonrisa, una coquetería natural sencilla”, dijo con humildad.