Considerado como el rey de la selva por su gran rugido y enorme capacidad para cazar; el león es uno de los animales más imponentes, temidos y admirados en el mundo.
Este felino es uno de los más grandes de su especie y se encuentra en una condición vulnerable de extinción debido a la cacería, la pérdida de su hábitat natural y la disminución en el número de sus presas.
Los leones son bastante territoriales y no son muy sociables por lo que se organizan en manadas para defender su zona de otros ejemplares y otras especies.
Sin embargo, debido al cambio climático y a las acciones de los humanos su hábitat se ha venido reduciendo y muchos tienen que vivir en reservas o cautivos generando bastante conflictos entre ellos.
Ante este escenario, un equipo de científicos decidió realizar un estudio con la oxitocina, conocida como la hormona del amor, para evaluar los efectos que podría tener en los leones para que sus encuentros sean menos peligrosos.
La investigación, publicada en el portal iScience; fue realizada en la reserva de fauna salvaje de Dinokeng (Sudáfrica) por unos investigadores de la Universidad de Minnesota (EE.UU.).
El equipo de expertos trabajó con 23 leones durante los veranos de 2018 y 2019; a los cuales se les pulverizó esta hormona en la nariz para que viajara por el sistema olfativo hasta el cerebro.
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La autora principal de la investigación, Jessica Burkhart, explicó que debido a lo riesgoso que sería aplicar este líquido a un león despierto, decidieron pulverizar esta hormona cuando los animales eran alimentados cerca de una reja.
Después de un tiempo, los investigadores descubrieron que los leones se volvieron mucho más amigables con otros ejemplares. Además, eran menos propensos a rugir cuando se les acercaban o veían a un extraño.
Los resultados evidenciaron que la oxitocina si tiene un efecto en el comportamiento salvaje de los leones y podría ayudar a los esfuerzos para la conservación de esta especie.
“Puedes ver que sus rasgos se suavizan inmediatamente, pasan de estar arrugados y agresivos a este comportamiento totalmente tranquilo”, indicó Burkhart a la agencia EFE; al asegurar que los animales “se relajan” totalmente con esta hormona.
Sin embargo, su rango de acción tuvo un límite y se pudo establecer a la hora de comer ya que cuando había carne de por medio los grandes felinos mantuvieron su carácter dominante.
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De acuerdo con los investigadores; la oxitocina es la molécula encargada de fortalecer los lazos sociales y por eso ha sido nombrada como la hormona del cariño o del amor.
Los expertos consideran que estos hallazgos son bastante útiles porque facilitaría las labores de conservación de varias especies que; por la pérdida de su hábitat, han sido trasladados a reservas en donde la convivencia se vuelve uno de los principales problemas.
Esta hormona también podría ayudar a la hora de reubicarnos nuevamente en la naturaleza; ya que las relaciones sociales con otros ejemplares de la misma especie sería más tranquila y su vínculo mucho más exitoso.