Vestida completamente de rojo, Rihanna ofreció este domingo, en el medio tiempo del encuentro del Super Bowl entre Kansas City Chiefs y los Philadelphia Eagles, su primer concierto en siete años en una acrobática actuación mostrando lo que parece ser su nuevo embarazo.
Para esta retransmisión, vista por más de 100 millones de espectadores, la artista barbadense que en mayo pasado fue madre de su primer hijo, cantó media docenas de canciones, entre ellas ‘Bitch better have my money’, ‘We found love’, ‘Work’ o ‘Diamonds’ en una “celebración” de su catálogo, como ya había anunciado.
La artista brilló subida en una de las varias plataformas suspendidas por arneses que sobrevolaron el State Farm Stadium de Glendale (Arizona) y estuvo arropada por decenas de bailarines vestidos de blanco en otras estructuras y en el suelo.
No obstante, lo más comentado fue la pancita que dejó ver con el buzo abierto desde la cadera y un cinturón que disparó los rumores de un aparente estado de embarazo, confirmado por sus representantes.
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La estrella del pop espera su segundo hijo
El pasado jueves en una entrevista con Apple Music, patrocinador del espectáculo, aseguró que había aceptado el reto porque quería mostrar sus raíces caribeñas y representar a inmigrantes y mujeres negras.
“Esa es una gran parte de por qué es importante para mí hacer este espectáculo: representación. Representación de los inmigrantes. Representar a las mujeres negras de todo el mundo. Es fundamental para que la gente vea las posibilidades”, contó a la prensa.
Nacida en Barbados hace 34 años, la intérprete de ‘Umbrella’ del álbum ‘Good Girld Gone Bad’ que la proyectó a la fama mundial, uno de los temas que interpretó el domingo en su show de la Super Bowl, aseguró también que “nunca imaginó que llegaría hasta aquí” y no escondió su “emoción “de tener a Barbados en el escenario del Super Bowl”.