El pasado 18 de junio, cinco personas se sumergieron en las profundidades del Atlántico a bordo del Titán, propiedad de la compañía OceanGate, con el objetivo de contemplar el Titanic con sus propios ojos.
Todo parecía ir perfectamente hasta que a las 11:47 a. m., hora local, el sumergible perdió todo contacto con la embarcación Polar Prince.
Los restos del Titanic, el famoso transatlántico que se hundió en 1912, se encuentran a una profundidad de 3.800 metros. Alcanzar esa ubicación no es una tarea fácil, y se estimaba que el sumergible requeriría aproximadamente ocho horas tanto para descender como para ascender en las aguas del Atlántico.
Después de transcurrido ese tiempo, los responsables de la misión temieron lo peor hasta que finalmente declararon la desaparición del sumergible.
Dentro del sumergible se encontraban Hamish Harding, un empresario y explorador británico; Shahzada Dawood y su hijo Suleman, miembros de una de las familias más adineradas de Pakistán; Paul-Henry Nargeolet, un experto marítimo francés; y Stockton Rush, el CEO de OceanGate.
Después de varios días de búsqueda, la Guardia Costera de Estados Unidos informó el hallazgo de los restos del sumergible, confirmando así el fallecimiento de los cinco tripulantes.
Esta información salió a la luz después de que las autoridades informaran sobre el descubrimiento de unos “escombros” cerca de la zona donde se encuentran los restos del Titanic, mientras se llevaban a cabo las labores de búsqueda del Titán, tras su desaparición el pasado domingo.
La Guardia Costera publicó en Twitter lo siguiente el jueves: “Se ha encontrado un campo de escombros dentro del área de búsqueda cercana al Titanic”.
La desaparición del Titán generó muchas preguntas, desde la seguridad del sumergible hasta su composición y el diseño de su interior.
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Configuración interior del sumergible Titán
El Titán estaba construido con fibra de carbono y titanio, pesaba 10.433 kg y, por lo general, las inmersiones tenían una duración de entre 10 y 11 horas. El sumergible tenía la capacidad de descender hasta los 4.000 metros de profundidad y su longitud era de apenas 6,7 metros, con un ancho de 2,8 metros.
En realidad, el sumergible era bastante estrecho y no disponía de asientos para los ocupantes. Además, contaba con un único baño en su interior.
La operación del Timón del Titán era similar a la de un videojuego; permitiendo al piloto avanzar (a una velocidad de 5 km/h), retroceder y girar.
El sumergible tenía solo un botón para descender. Stockton Rush mencionó en una entrevista en noviembre que quería que el sumergible fuera como un “ascensor”.