“Diputade” es la palabra con la que la primera persona no binaria en llegar al congreso de Veracruz, México, quiere ser reconocida.
Gonzalo Durán Chincoya afirma que su primer trabajo en el cuerpo legislativo será impulsar una Ley de identidad de género, que oficialice de forma legal el cambio de identidad de las personas trans.
Como parte de los cambios que quiere ver materializados, uno de los más importantes para él es el uso del lenguaje inclusivo, para lo que ha pedido que lo llamen diputade.
“Yo les pido, con todo respeto y favor, que se dirijan hacia mí por el pronombre de ‘diputade’, si se refieren a la parte legislativa y ‘elle’, si se refieren a nivel personal”, declaró.
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Destacó la importancia que tiene el lenguaje para visibilizar a los grupos excluidos, y cómo el cambio debe darse de forma paulatina y no a través de una imposición.
“Que ya se empiece a escuchar, que ya empiece a sonar. Llevarlo a una institución como el Congreso es un gran compromiso que tengo y que asumiré cabalmente. No se trata de decir ‘este es mi lenguaje’, como sociedad debemos comprender y dar apertura”, subrayó.
¿Diputade abrirá la puerta del lenguaje inclusivo?
Claro que, mientras un grupo celebra la incorporación de estos vocablos a la vida legislativa, otros se han manifestado en contra.
Los detractores repitieron las palabras de Darío Villanueva, director de la Real Academia de la Lengua Española (RAE), quien en 2018 se pronunció en contra de estos cambios en las palabras, al decir que “el problema está en confundir la gramática con el machismo”.
“Las lenguas se rigen por un principio de economía; el uso sistemático de los dobletes, como miembro y miembra, acaba destruyendo esa esencia económica. Las falsas soluciones, como las que proponen poner en lugar del ‘o’ y el ‘a’, el ‘e’, me parecen absurdas, ridículas y totalmente inoperativas”, puntualizó.
Sin embargo, crece el público dispuesto a emplear el lenguaje inclusivo y también las leyes que lo amparan, como la sancionada en Venezuela este mes de octubre.