Una sorprendente historia ha protagonizado una mujer que logró reencontrarse una década después con una elefante asiática que cuidó durante 36 años.
La protagonista de esta conmovedora historia es Carol Buckley, una mujer que adoptó a la elefante Tarra tras encontrarla en una compleja condición en 1974.
En aquel entonces la joven de unos 20 años estaba estudiando manejo de animales exóticos en EE.UU. y conoció a esta cría de elefante que le había sido arrebatada a su madre en Birmania y estaba siendo utilizada como mascota en una tienda de llantas.
Sin embargo, la elefante fue separada a la fuerza de Carol en 2010 luego de que la mujer fuera destituida de la junta directiva del santuario de elefantes que había fundado en 1995 en el estado de Tennessee.
Desde entonces, Buckley inició toda una batalla legal por tener la custodia de Tarra y solo pudo verla en algunas ocasiones sin poder compartir con su vieja amiga.
La mujer fundó el Refugio de Elefantes de América del Norte en el estado de Georgia pensando en no solo seguir ayudando a estos enormes mamíferos sino con la esperanza de que Tarra volviera a estar junto a ella.
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El curioso caso llegó a la Corte Suprema de Tennessee, la cual falló a favor de Carol y le otorgó la custodia de la elefante; por lo que después de tanto tiempo podría volver a reunirse y compartir con ella.
De esta forma, Tarra fue trasladada a su nuevo hogar a mediados de noviembre de 2021 y tuvo un conmovedor encuentro con la mujer que la cuidó durante tantos años antes de que las separaran.
“Ella está en casa, está a salvo, está bajo mi cuidado de nuevo, y para siempre esta vez. Cuando llegó le dije: ‘Hola cariño, soy yo. Ahora estás en casa’, y ella me miró, abrió los ojos y empezó a hacer sus sonidos” indicó Buckley a la revista People.
La elefante de 47 años ahora disfruta de un terreno de más de 343 hectáreas ubicado en la localidad de Attapulgus (Georgia) en donde compartirá con otros ejemplares y contará con todos los cuidados.
Además, podrá estar en mejores condiciones para enfrentar la enfermedad ósea degenerativa que desarrolló durante la última década; ya que el clima de Georgia es más cálido que el de su anterior refugio y le ayudará a que su condición no empeore.
“Cuando ella me miró y me habló y luego me abrazó, entonces sentí que mi corazón se abría de golpe y comencé a llorar. Estoy tan feliz de que esté aquí, ella nunca se rindió y la vi pasar por eso y fue desgarrador”, indicó Carol al canal WCTV.
La historia de Tarra
Carol y Tarra forjaron una gran amistad luego de que la mujer se ofreciera a cuidarla y adiestrarla tras encontrarla en la tienda de llantas siendo tan solo una bebé.
De esta forma, con el paso del tiempo la entusiasta joven quiso mejorar las condiciones de vida de la elefante pero su dueño se negó a su propuesta. Ante la negativa, Carol le pidió ayuda a sus padres y solicitaron un préstamo por 25.000 dólares para comprar a Tarra en 1976.
Los gastos de la elefante fueron en aumento y por eso empezó a llevarla a los espectáculos de circo y a realizar programas educativos en los zoológicos sobre estos animales.
Fue tan grande la acogida e inteligencia de esta elefante que también apareció en algunas películas de Hollywood y comerciales.
Los años fueron pasando y la elefante fue separada de su amiga Carol en 2010 tras haber fundado un santuario para estos animales, lo cual provocó una larga y compleja batalla legal por su custodia.
Uno de los argumentos utilizados por este santuario era que Tarra había formado una familia con otros elefantes y por eso no era conveniente separarla.
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Sin embargo, un fallo de la Corte federal terminaría dándole un nuevo rumbo a la historia luego de más de una década al otorgarle la custodia legar a Carol; quien durante este tiempo fundó la organización Elephant Aid International encargada de rehabilitar a estos enormes mamíferos que han estado en cautiverio en Asia y EE.UU.
“Con todo lo que aprendió de Tarra, Carol se dio cuenta de que si los elefantes deben estar en cautiverio, el santuario es la única forma de satisfacer sus complejas necesidades biológicas, mentales, emocionales y sociales”, indicó la organización.
Finalmente, Carol y Tarra lograron reencontrarse después de tantos años y ahora esperan construir una nueva familia con elefantes rehabilitados y rescatados en su nuevo refugio en EE.UU.