Islandia se prepara para una posible erupción volcánica en la península de Reykjanes, en el suroeste del país. Desde finales de octubre, se han registrado miles de sismos en la zona, lo que ha llevado a las autoridades a declarar el estado de emergencia.
La última erupción en esta península tuvo lugar en julio de 2021, y duró ocho meses. La actual actividad sísmica es mucho más intensa que en aquella erupción, lo que ha generado preocupación entre los expertos.
“Es posible que se produzca una erupción en cualquier momento”, ha declarado el director del Instituto de Geociencias de Islandia, Magnús Tumi Guðmundsson. “La actividad sísmica es muy alta, y la tierra se está abriendo a lo largo de kilómetros”.
Las autoridades han evacuado a unas 4.000 personas de la ciudad de Grindavík, ubicada a unos 50 kilómetros de Reikiavik, la capital del país. También se han cerrado las carreteras y los aeropuertos de la zona.
Si se produce una erupción, se espera que la lava fluya hacia el mar, creando una nueva isla. También se podrían producir emisiones de gases tóxicos, por lo que las autoridades están pidiendo a la población que siga las instrucciones de las autoridades.
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Se han detectado más de 700 nuevos sismos en Islandia
La Oficina Meteorológica de Islandia informó que ocurrieron alrededor de 700 nuevos sismos este 14 de noviembre desde la pasada medianoche; el mayor de una magnitud de 3,1, cerca de la ciudad de Gindavík. Las autoridades señalan que las “probabilidad de una erupción sigue siendo alta”.
“En resumen, la probabilidad de una erupción sigue siendo alta. Si se produce una erupción, la ubicación más probable será en la intrusión de magma. Nuestra última evaluación de riesgos no indica ningún otro lugar potencial de erupción”, se informa en un comunicado.
En este se precisa que las mediciones de la deformación, incluidas observaciones aéreas de alta resolución, imágenes de radar por satélite y observaciones GPS terrestres, revelan “movimientos continuos y constantes del terreno debido a la formación en curso de la intrusión de magma”.
Según los modelos geofísicos, se estima que la intrusión se está propagando lentamente hacia arriba y se cree que el magma se encuentra a 800 metros bajo la superficie.
Las autoridades locales autorizaron este lunes acceso limitado a un área de Grindavík a un pequeño número de residentes para poder recoger algunas pertenencias.