Brandon Burgos es un niño mexicano de 11 años que ha demostrado tener un gran talento: a su corta edad, el menor ha logrado popularidad por ser tatuador.
El pequeño originario de Puebla ya ha tatuado a más de 20 personas, entre los que destaca un cráneo que le realizó a su padre y mentor, quien es su inspiración, ya que también es tatuador.
El progenitor de Brandon, Jesús, le hizo prometer que si quería seguir desempeñándose como tatuador no podía bajar su rendimiento escolar.
Brandon Burgos empezó a relacionarse con el tema desde muy pequeño
Desde los 9 años el mexicano se relacionó con todos los materiales necesarios para poder efectuar los tatuajes, ayudando a preparar la mesa de trabajo. Posteriormente, empezó a hacer esténciles (plantillas) o diseños especiales en papel, adaptándolos al gusto de los clientes.
“Me gusta mucho dibujar y mi papá trabajaba y a mí me interesaba mucho, me llamaba mucho la atención. Me empecé a meter (en el estudio) y yo lo ayudaba. Comencé armando mesa y esténciles, hasta que un día tuve la oportunidad de decirle que si me podía enseñar”, contó para EFE.
También te puede interesar: Hombre se hace viral al tatuarse a Yanfry el niño colombiano que es estrella en redes sociales
El menor cuenta con el apoyo de su familia y amigos
Desde que empezó la contingencia sanitaria por el coronavirus y por ende el confinamiento, en marzo del 2020, Brandon le pidió a su padre que lo dejara ayudarlo en el negocio.
De esta forma empezó a recibir el apoyo de sus tíos y de amigos de ellos, quienes le “prestaban” sus cuerpos como lienzos para practicar las diferentes técnicas.
“Mi primer tatuaje fue el más nervioso, después me empezó a gustar y se me quitó lo nervioso. Me gusta cuando empiezo a tatuar, me entretengo”, señaló Brandon.
El pequeño tatuador sueña con seguir desempeñándose en este oficio, pero también anhela poder ingresar a la Secretaría de Marina o estudiar una carrera universitaria. El padre del menor y tatuador profesional, Jesús Burgos, aseguró que para él hacer tatuajes es una pasión y un trabajo con el cual saca adelante a su familia.
Jesús, que es padre soltero, explicó que su hijo antes de tatuar por primera vez empezó dibujando frutas y luego practicó con piel sintética.
“Y cuando vi que tenía avance, le propuse tatuarme, se puso nervioso pero me dijo: ‘Sí, adelante’. Fue cuando me hizo un cráneo como tatuaje”, contó Jesús.