Luego de más de 10 años de estar viviendo en condición de calle, João Coelho Guimarães decidió acudir a una peluquería para pedir una cuchilla de afeitar y mejorar un poco su aspecto.
El hombre, de 45 años, pasó por un local en la ciudad brasileña de Goiania, capital del estado de Goiás, para pedirle al peluquero la cuchilla en cuestión. Para sorpresa de Coelho, el estilista que lo recibió decidió obsequiarle una transformación total de su apariencia, lo que llevó la historia ante distintos medios de comunicación locales.
“Fue espontáneo. Pasó por la puerta y tenía mucha barba. Pidió una hoja de afeitar. Lo conozco desde hace un par de meses, siempre viene aquí. Entonces surgió la idea de darle un cambio de imagen”, expresó Alessandro Lobo, encargado de someterlo al cambio de ‘look’.
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El hombre recibió un corte de cabello, perfilamiento de barba, un traje nuevo y zapatos a conjunto, por lo que el resultado final de su transformación asombró a miles. Lobo se encargó de difundir el proceso a través de su cuenta de Instagram, donde recibió miles de felicitaciones por su gesto.
“Para muchos es un desconocido, para mí y mi familia es nuestro regalo de Navidad”, aseguró el estilista.
Aunque los hechos se presentaron para la Navidad del año 2020, nuevamente se volvieron a viralizar debido a que Coelho fue apodado como el ‘indigente más guapo del mundo’, tras su notable cambio de aspecto.
Tras su cambio de ‘look’, João Coelho Guimarães se reencuentra con su familia
Tiempo después de la viralización de la noticia en territorio brasileño, María Guimarães, hermana de João Coelho Guimarães, logró reencontrarse con él.
La mujer, quien reside en Brasilia, manifestó que no tenía conocimiento sobre el paradero de su hermano desde hace diez años, por lo que su asombro fue total cuando vio su imagen en redes sociales y medios de comunicación del país.
Aunque la mujer le ofreció a João irse a vivir con ella a Brasilia, el hombre no aceptó el ofrecimiento.
“Dijo que no quiere venir conmigo. Yo lo respeto. El amor no es por la fuerza. Con solo saber que está aquí, pedirle que no se vaya y que nos mantengamos en contacto, vale la pena”, relató la mujer.