Si te sientes solo, tienes pocos recursos y vives en Australia, esta oferta podría interesarte: una mujer arrienda un lado de su cama a bajo costo.
La protagonista de esta curiosa historia es Monique Jeremiah, una mujer de Queensland (Australia) que tomó esta decisión como una forma de emprendimiento para generar ahorros.
Pero esta no es una práctica nueva ya que es conocida como ‘Hot Bedding’ y consiste en compartir tu cama con otras personas que tengan diferentes turnos de descanso que tú.
Como parte de su oferta, la mujer garantiza comodidad, buen precio y apoyo para quienes se sientan solos.
Sus inquilinos pagan unos 631 dólares al mes, generando una ganancia de más de 7.500 dólares anuales, por lo que su historia se ha hecho viral en las redes sociales.
“Es la vía perfecta para ahorrar dinero, vivir con sencillez y, por supuesto, no estar solo”, promociona Monique.
De acuerdo con el diario Daily Mail, la mujer comenzó con este innovador negocio durante la pandemia; pero luego de ver su alta rentabilidad decidió seguir con su emprendimiento.
Cuando comenzó, su objetivo era tener una buena acción, ahorrar dinero para invertirlo en su carrera profesional y abrir su propia empresa.
Actualmente, Monique logró fundar su agencia de modelos Diversity Models.
¿Cuáles son las normas del ‘Hot Bedding’?
Esta mujer confesó que arrienda un lado de su cama para demostrar que es posible desprenderse emocionalmente y dormir junto a otra persona de forma totalmente respetuosa y sin ataduras, por lo que el ‘hot bedding’ no es para todo el mundo.
“Es la situación perfecta, sobre todo si eres sapiosexual, como yo, y prefieres la compañía a lo físico”, agregó.
La persona que desee ser arrendatario deberá respetar sus normas y límites; ya que “se necesitan dos personas que respeten el espacio, los valores y los límites de la otra para practicar el ‘hot bedding'”.
Monique ya compartió su cama con algunos arrendatarios y asegura que la experiencia ha sido buena y que no ha recibido ningún tipo de quejas. Incluso, contó que ha hecho esta práctica con su expareja sin que hubiese algún tipo de confusión más allá del negocio.
Y tú, ¿Te atreverías a alquilarle tu cama a un extraño?