La suerte puede sorprender a las personas de la manera más inesperada, como le sucedió a una mujer británica que recibió parte de la herencia de un anciano que nunca conoció.
La protagonista de esta historia es Anna Phillips, quien pensó que estaba siendo estafada cuando recibió una carta en la que le notificaban que era la beneficiaria de la fortuna de un extraño hombre.
“Nunca había oído hablar de él en mi vida. Luego, un poco más tarde, mientras caminaba a casa después de un día de enseñanza, recibí una llamada telefónica”, indicó Anna.
Sin embargo, esta profesora de arte decidió verificar la información y descubrió que era una de las personas que obtuvieron una parte de las 180.000 libras esterlinas (unos 231.000 dólares) de George Anderson.
Este hombre murió de 81 años en un asilo de ancianos de la localidad de Kirkby (Inglaterra). Para sorpresa de todos, el anciano no dejó ningún testamento y no tenía familiares que pudieran heredar su patrimonio.
El portal LiverpollEcho informó que la compañía Finders Internacional, conocida por trabajar en genealogía de sucesiones, asumió el caso y empezó a buscar los familiares del difunto con derecho a acceder a la herencia.
“Las familias pierden el contacto por una multitud de razones. Sucede con frecuencia y situaciones como esta son más comunes de lo que cabría esperar”, explicó Danny Curran de Finders International.
Una herencia de sorpresa
La compañía indicó que George nació en Everton en 1938 y la investigación logró comprobar que era hijo único y nunca se casó ni tuvo descendientes.
Los investigadores tuvieron que emprender un viaje por Australia, Malta, Canadá e Kirguistán. Después de un tiempo, lograron identificar a 26 personas que potencialmente podrían ser beneficiarios del patrimonio.
De esta forma, se identificó que Anna Phillips era una de las personas que podría recibir una parte de la herencia de un hombre que para ella era completamente desconocido.
“Fue surrealista escuchar que estaba relacionada con este hombre que nunca conocí y que era beneficiaria de su patrimonio. Fue totalmente increíble”, aseguró la profesora.
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Todo esto se logró establecer al identificar que el anciano fue hijo de Elizabeth Philips y George Anderson. Además, Anna tenía un parentesco desconocido debido a que Elizabeth era hermana de su abuelo.
“Es una pena que nunca nos conocimos. Ahora entiendo cómo estoy relacionado con él; pero nunca lo habría descubierto por mí mismo”, explicó Anna.
La mujer confesó que todo este proceso la dejó sorprendida y le permitió conocer un árbol genealógico completamente trazado de su familia.
Finalmente, esta mujer recibió parte de la herencia de este anciano desconocido y con ese dinero pagó su hipoteca y lo compartió con sus hijos.